Inmigración

Si siembras lechugas, recogerás lechugas. Si siembras patatas recogerás patatas. Es de idiotas sembrar lechugas y querer recolectar patatas. Sin embargo, hay políticos españoles con ese objetivo.

Primero hay que valorar qué clase de inmigración se está potenciando. Ayudar siempre está bien, pero tiene que haber un objetivo claro y en base a él diseñar una estrategia coherente que permita alcanzar dicho objetivo en el menor tiempo posible.

Las ayudas han de ir encaminadas a que aquellos que las reciben salgan lo antes posible de esa necesidad de ayuda y se conviertan cuanto antes en donadores de ayuda.

¿Realmente todos los inmigrantes quieren integrarse en el país de acogida? Debería de existir desde el inicio un plan de contingencia para aquellos que, necesitando ayuda, no vienen a contribuir, a crecer, a aportar. Supongo que esto es mucho pedir para nuestros políticos.

Inmigrantes en España

Hay dos tipos de inmigración, la constructiva y la destructivaLa primera es la que viene a trabajar adaptándose, respetando al prójimo, el entorno social y cultural del país de acogida. Esta inmigración contribuye al desarrollo del país. La segunda es la que viene a buscarse la vida de cualquier manera, haciendo del robo un medio más de ingreso salarial. Estos ya vienen aprendidos. Saben que en España gozarán de más derechos que las personas a las que roban. Saben que, en caso de ir a la cárcel, vivirán mejor de lo que vivían en su país de origen sin robar. Por otro lado, en su país les cortarían el pescuezo por los mismos delitos que vienen a cometer aquí.

Se está tratando de igual manera al inmigrante trabajador que al inmigrante delincuente. Incluso cometiendo un montón de delitos muy graves no son expulsados del país. Esto es perjudicial para todos, españoles e inmigrantes trabajadores.

Existen abogados especializados en recurrir las denegaciones de renovación de extranjería por delitos cometidos en España. Esto significa que el número de inmigrantes que roban es tan grande que representan una fuente de ingresos importante para la abogacía. Sin embargo, mantenerlos en España implica que nos sigan robando, agrediendo o lo que se tercie. Este tipo de inmigración nos sale doblemente cara. Además de los daños personales y materiales directos de sus delitos, hay que sumar el coste de su defensa que también pagamos todos.

Bajo la palabra tolerancia se está dinamitando el equilibrio social. Se está abogando por cambiar nuestras costumbres y tradiciones. A este paso, los extranjeros acabaremos siendo nosotros mismos. Hasta ya hay un partido árabe, dicen, que por el bien de España.

Regularización inmigrantes

La inmigración destructiva debería de ser expulsada ipso facto. Hoy mejor que mañana.

En cuanto a la inmigración constructiva, siguen permaneciendo en situación ilegal por la indiferencia del político. Realmente juegan a dos bandas, como siempre. Por un lado, oficialmente en los medios de comunicación, la denuncian como algo a erradicar. Por otro lado, oficiosamente la potencian de un modo premeditado para abaratar la mano de obra. Esto va en perjuicio de la economía laboral en particular y de la economía española en general.

Los políticos son conocedores que la inmigración constructiva está siendo explotada. Se trata de mano de obra barata que, muchas veces son esclavizados por empresarios sin escrúpulos. Hemos retrocedido un siglo, ya que a la plaza del pueblo llega una camioneta que contrata a dedo a inmigrantes ilegales sabiendo que no van a poder protestar. Los tienen trabajando todo el día y a veces ni les pagan.

Esta situación nos perjudica a todos. Con el coste de un/a trabajador/a español/a, el empresario emplea a varios inmigrantes sin contrato. La inmigración ilegal perjudica a todo el mundo. Se fomenta la economía sumergida. Se crea un comercio de esclavos.

Cuanto antes se legalice su situación, mejor para nuestra economía. Al formar parte de la legalidad, «teóricamente» deberán ser contratados con las mismas condiciones laborales y salariales que cualquier otr@ trabajador/a más. Empezarán a cotizar, lo cual es bueno para el erario y para ellos mismos.

Es importante que también se vigilen los salarios, es decir, controlar que los empresarios paguen lo que legalmente han de pagar. Los políticos saben que esto no se está cumpliendo, lo cual significa más trabajadores por el mismo coste. Al gobierno solo le interesan las cifras, intentando presentar un buen número para el PIB, para el empleo, etc. Queda mejor decir que de cada 100 personas hay 90 trabajando, aunque lo que no dicen es que muchos de ellos están con contratos de 10 horas/semana, aunque trabajen 40 horas. Para el político sería peor tener que decir que de cada 100 personas hay 50 trabajando pero todos ellas con contratos de 35 a 40 horas/semana.

En el plano laboral también entra la inmigración destructiva, pero en trabajos autónomos. Alardean de su peligrosidad social porque realmente son peligrosos. Realizan servicios a bajo coste, como transportistas, taxistas, etc, pero con vehículos particulares. No tienen ningún tipo de permisos ni licencias que conviertan su actividad en legal. Prohíben mediante la intimidación y la fuerza, si es necesario, la realización de dicho servicio a los españoles con sus papeles en regla y que pagan los impuestos necesarios para realizar dicho trabajo.

Cuando la porquería huele tanto que no se puede ocultar, llegan los tuerce-botas de turno. Y todos los programas mediáticos de turno gritan ¡Hay que regularizar la situación de todos los indocumentados! para acallar la opinión pública, aunque todo siga igual.

Así que, perdonen que me enoje, pero la situación la han creado ustedes, los políticos, porque les interesaba que aquellos a los que asfixian con impuestos para pagar sus salarios, pudieran conseguir mano de obra barata y en la mayoría de los casos clandestina, libre de impuestos.

Aún es más grave que, con sus políticas sociales irracionales, se beneficien del mismo modo la inmigración destructiva que la constructiva. Estas políticas sociales deberían de estar dirigidas a evitar la entrada de la inmigración destructiva, a la vez que integrar los medios y herramientas que permitan deshacernos de la que ya tenemos por no haber evitado su entrada.

Ayudas a inmigrantes

Hemos de terminar con todo lo que viene a perjudicarnos, todos lo agradeceremos, INCLUIDO EL RESTO DE INMIGRANTES QUE REALMENTE HAN VENIDO A TRABAJAR. Debido a la igualdad de trato, la inmigración destructiva se beneficia de los mismos derechos que la constructiva (sanidad, ayudas sociales, etc). Sin embargo, aquella solo aporta economía sumergida, delincuencia, robos y estafas a pequeña y gran escala

2 comentarios en “Inmigración”

  1. Quería que fuese matizado un aspecto necesario y es el de que al margen de la calidad humana de los extranjeros que acogemos, es el de si esta afluencia del exterior es o ha sido necesaria. Por lo que en un país que inició su andadura en el multiculturalismo en los finales de los 80 del pasado siglo, que poseía la tasa de paro mas alta de Europa (sobre todo juvenil) con un 13 %, duro cierre de factorías en la mal conocida como reconversión industrial, una administración disfuncional y un conflicto terrorista ; tenía que haberse acogido ningún tipo de inmigración y menos masiva. Espero que se ponga sobre el tapete que es y ha sido un modelo fracasado y que nos enfrentamos a una sobrepoblación, ya que nos vamos a ver en un déficit de recursos en un estado quebrado

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